¿Cómo llegar a tener un “para qué” fuerte, sin sentir el tener un Don, Talento o Llamada que te conecte al famoso Propósito de Vida?
De un tiempo a esta parte, vengo observando que hay mucho lío con esto de tener un “para qué” fuerte.
No voy a entrar en los supuestos beneficios.
Eso dependerá de quién seas tú, tu entorno y la vida que tengas.
Para “soluciones válidas pa’to’el mundo” ya tienes Instagram y Tiktok.
Aquí pretendo ampliar tu perspectiva.
Bueno, decía que la peña se lía como hermano de Presidente declarando.
Y de tanto mensaje en las redes “cortito” (mientras escribo hago el gesto de los dobles sentidos), pues como que se instauran creencias “como que tal”.
Siendo ese “como que tal” el mainstream (que corriente principal de pensamiento queda largo y de poco viajao), de que el Propósito de Vida tiene que ver con tener un Don como la casa de Romario.
Esta creencia viene del rollo American Dream y su literatura parecida al “El Elemento” de Ken Robinson.
Y que son de los que más se habla en la tierra del nuevo Papa.
Ese autor y otros, se dejan fuera a mucha gente (yo, por ejemplo) y confunden a quienes no están ahí.
Cuando unos se copian de otros es lo que pasa (ojo, que leer lo hacemos todos, pero hay que cuestionarse las cosas).
Y cuando todo lo que recibes es del mismo tipo de fuentes de información… pues eso, y para muestra un apagón (ups!).
Concretamente, muchos hablan de seguir tu Don innato.
Que uses tu Talento, esa Aptitud o Capacidad de nacimiento que tienes por Instinto.
Junto con tu Llamada, Revelación, Misión o Vocación.
Pero que, si te huele demasiado a incienso, lo puedes titular Pasión y tan amigos.
Aquí es donde creo que mucha gente la caga.
Es como cuando, alguien desde peque hablaba bien en público sin estudiarlo, pues lo mismo va a ciegas para poder enseñarte… porque nunca ha tenido que esforzarse para aprenderlo.
Este tipo de autores, no parecen haber pasado por ciertas dificultades.
— ¿A qué dificultades te refieres Manu?
A que no todos hemos identificado, de partida, los dos conceptos de los que hablan para obtener tu Propósito: Don y Llamada.
DON:
Que cuando algo se te da de muerte, definirlo como tu Talento, es fásil y sensillo.
Pero, ¿y si solo se te da bastante bien, pero no como para tirar cohetes?
Todo ello teniendo también en cuenta, que te comparas con tu entorno.
Una Capacidad innata, si no la usas se te atrofia.
Pero si la cultivas, puedes elevarla a Genialidad.
Por derribar creencias: ¿todos venimos con un Don de bajo del brazo?
Como con lo que no venimos, es con instrucciones, y somos miles de millones, yo voy a decir que no todos (sorry por los del pensamiento mágico).
Se te pueden dar bien varias cosas, pero nada de locura, y como no lo mezcles con tu toque, a eso no lo vas a llamar Talento.
¿De pequeño quisieron y pudieron potenciar tus Aptitudes de nacimiento… o esconderlas?
¿Cómo caían los músicos o contables en tu clan?
Puede que no hubiera conocimientos, medios y/o ganas de sacar lo mejor de ti.
Luego vienen las fidelidades.
Que si para tus padres, que tocaras el perro de un amigo era como si te fueras a coger siete enfermedades, lo mismo no te permitiste explorar aquello.
Que, si ya te tenían el Plan de Vida marcado, y trabajarías en el negocio familiar, pues como que se te caen los sueños a la cloaca.
O que, si a los artistas los llamaban vagos, muertos’hambre y maleantes… como que no te arriesgas a que te retirasen el cariño o aguantar vara.
Y del ostracismo al olvido, en ocasiones, no hay tanto.
LLAMADA:
Ya suponiendo que algo se te da chachi-bien, ahora lo tienes que contemplar como una Misión de Vida.
Por Vocación tenemos una serie de profesiones más tipificadas: las de servicio (religiosas, sanitarias, seguridad pública, enseñanza, …), las artísticas, las deportivas y alguna más que ni me acuerdo.
Todas las demás Pasiones, en un entorno social, no se asimilan a Revelaciones con las que tengas que identificar tu Propósito desde peque.
Si se te da bien hacer maquetas de madera, no se te alimenta a seguir su Llamada con la carpintería. Se deja a ver en qué queda eso o se re-orienta a algo más lucrativo.
Tener una Predisposición hacia algo, si no llega a Pulsión, pues como que se escapa del radar, de no ir bien acompañado.
De adultos, solemos recordar el primer evento como a los 4 años.
Puede que algunos recuerdos puntuales antes, pero sistemáticos con mayor edad.
Esto deja a tus familiares la responsabilidad de decirte que te hacía perder el sueño o con qué soñabas.
Como el tema sé que remueve mucho, parto este artículo en dos.
Lo que viene pretende romper algunos mitos.
Pero si ya tienes claro que te apetecería trabajar conmigo, y que esto del Propósito sea un motor y no un freno:
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Un abrazo,
Manu.
PD 1: En el siguiente artículo llegamos a una de las formas de llegar al Propósito que no tiene que ver con tener el Don innato.
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