¡Ponte recto, que te va a salir chepa!
En artículos anteriores de frases de padres, hablé de la lucha inevitable de los adolescentes por salir del redil familiar.
Que luego nos dura toda una vida, pero ahí es tan sutil como gritar con un megáfono en una biblioteca.
Se pretende encontrar una diferenciación, pudiendo ser por el peinado (“¿Dónde vas con esas greñas?”) o la vestimenta (“Así no sales de casa!!!“), pero también la corporalidad.
Es muy cantoso como se cambian posturas en la adolescencia.
Quien no tenga claro que, las emociones viven en el cuerpo, puede flipar.
Un progenitor que desee lanzarte hacia la vida, te querrá:
en posición recta,
con energía y
sin estar a merced de tus emociones.
Eso es como ganar Copa, Liga y Champions (sin líos con los árbitros)… al alcance de muy pocos.
Ya me parece un aprobado que sobrevivan a esta etapa sin liarla parda, ser buenos y/o medio estudiosos es para acompañar cabras a altares como agradecimiento.
Una realidad es que, estar (o no) firme como un legionario sacando el Cristo por Málaga, no es solo una extraña “impostura” con los padres, propia de esa edad.
Se trenzan varias cosas:
Lo aprendido en los grupos de otras actitudes.
Se prima ser rebelde (igual a guay).
Que si no fue tu caso, solo hace falta pasarte por Netflix para ver estereotipos.
Se da también que la fuerza fluctúa al ritmo de las hormonas.
Del no parar en 2 días, a dormir 12 horas del tirón y seguir con más cansancio que la creatividad de un reguetonero.
Las emociones traen su propia mandanga.
Y por mandanga me refiero a una energía (distinta en cada emoción) y mensaje (también acorde).
Tanta interacción social, descubrimiento personal, estrés por estudios,… germina en el mayo de las emociones, floreciendo al calor de cambios vertiginosos en el cuerpo.
El ejemplo es el arquetípico adolescente, en su montaña rusa personal, que tiene que:
gustar a las chicas,
caer bien a los colegas,
aprobar por sus padres,
no descuidar su físico/imagen,
salir comosinohubieraunmañana,
obtener cosas físicas o seguir modas que den estatus,…
y de todo esto, lo mismo tiene estrés y tristeza, viendo que no llega a todo… y que la posición “jorobada” va con esa sensación.
Pero los padres nos querían como novios de la muerte*, tiesos como un autónomo** cuando le viene un requerimiento de hacienda (por lo erguido, no por lo de pillao de pasta).
*El Novio de la Muerte es el himno de la Legión española, un cuerpo militar de élite.
**En el momento en el que escribo esto, en España, hay menos autónomos (llegan a pagar en impuestos el 50% de lo que facturan) que funcionarios (nada en contra, un número razonable de ellos son necesarios).
— Manu, ¿y qué me dices de lo de salirte chepa?
Me alegra que me hagas esa pregunta ;-P hay varios, te dejo 3:
En cierta época, se hacían comparaciones políticamente incorrectas.
Eran normales para esa época y más impactantes que: ¡Ponte recto, que te vas a quedar así!
Contagio de miedos: las creencias del clan se comparten por ejemplos (lo que ves en casa), frases (este es el caso) o epigenética (eso es más avanzado).
En lo que hoy toca, los juicios implantados, nos llegan como hilos que forman maromas de barco (salud, dinero y amor).
Esta sentencia es un hilo en la salud (problemática en la columna) y otro en la aceptación (deformidad = mala estética = rechazo).
El mensajito de salud, suele ser el más ignorado, por ser a largo plazo para un adolescente.
Dependiendo de la familia:
No tenemos dinero para pagarlo.
No te podemos cuidar.
Me vas a dar trabajo.
Me harás sufrir.
…
Para el mensajito de la aceptación se implanta una imagen poderosa.
Un: “A ver quién te va a querer luego, si pareces Quasimodo”.
Y claro, lo de la salud, lo mismo como que tal, pero que te llamen el Dromedario, o que te digan que les lleves cosas en la mochila… como ya sí-que-sí.
Se busca con un dolor, que te muevas de un punto desagradable a sus ojos.
Que, de normal, también es malo para ti.
— Hombre, ¿no es un poco pasarse?
Sí, cierto, pero ¿estaban tus orejas abiertas para lo que te decían con las formas suaves?
Ciertas bromas pesadas, vienen después de intentos más ligeros, pero que como lo light, no te enganchan igual.
Y el tema es que, pasados los años, quien no ha soltado el mensajito eres tú…
… pues como que va siendo hora de hacer algo con eso, ¿no?
Que cada cosa que te lo recuerde, te abra la herida, no es un buen plan para toda la vida.
Mejor ocuparse, digo yo.
Que si fuera una herida física, lo mismo ni te lo pensabas.
Si estás en disposición de hacer algo con ello:
1º te suscribes en el cajetín al final del artículo (por política de privacidad y hacer filtro).
2º me contestas a cualquiera de los emails que te mande y vemos si somos compatibles.
Un abrazo,
Manu
PD 1: Volviendo a la chepa… ponte en esa posición, recuerda situación, conecta con la emoción y recoge la información que te trae…
De no saber lo que hacer con eso o con lo que se relaciona con tu pasado, me escribes y lo vemos.
PD 2: Esto se lo mando por email a mis suscriptores.
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