La falacia del miedo a no poder cerrar el grifo emocional

 
 

Muchas personas, mi yo del pasado incluido, tienen miedo a abrir el grifo de sus emociones.

Y como me quiero convertir en la persona que necesité, cuento al Manu de hace años lo siguiente:

Sé que temes internarte en el desconocido (y temido), mundo emocional que encierras bien dentro.

Los eventos, pensamientos o sensaciones que se viven como el culo.

Que traen el miedo concreto de abrir ese grifo y no poder cerrarlo.

Que las emociones broten como ríos caudalosos del pecho sin control ninguno.

Que el cuerpo actúe por su cuenta: te deje sin energía, llorando, con rabia incontrolada o cualquier explosión emocional.

Que sientes que es mejor esconderlo todo, cerrar la puerta, tirar la llave, tapiarlo con doble fila de ladrillo gordo.

Que nadie te refleje ningún tipo de emoción de las que reprimes, no sea que te desarmes.

Que traigan la conexión con una falta de sentido vital.

Un inciso sobre los tipos de cosas que se guardan:

  • Eventos:

    El recuerdo de experiencias es uno de los desencadenantes más comunes del dolor emocional.

    Dentro se encuentra la crianza, el paso por el sistema educativo, relaciones de amistad y sentimentales, pérdidas importantes,…

  • Pensamientos y rumiaciones:

Distingo: los pensamientos, como los que “nos acontecen” (se producen sin nuestra intervención), y las rumiaciones, que sería engancharse a uno de ellos.

Pese a que, el recuerdo de un evento también es un pensamiento y que pueden darse a la vez, los diferencio por la inclusión de elementos imaginarios y/o futuribles.

  • Emociones:

    Puedes tener creencia sobre ellas que te dificulten hacerte cargo de lo que te pasa, como que:

  • hay algunas incómodas de vivir (¿negativas?),

  • que no tocan,

  • que se te ve mal con ellas puestas,

  • que no debería sentir esas cosas, …

Pues eso, que estas situaciones intimidan más que una inspección de Hacienda, porque de no cerrar este grifo emocional, crees que la corriente te arrastrará hasta el fondo, de dónde no se regresa.

Y añadiría:

Para salir de la habitación de esta incomodidad, la puerta a atravesar es la de vivir tus emociones.

No tienes que abrir el grifo de golpe, se hace de a poquitos.

Te va a tocar, estar acompañado para alguna cosa.

Aprenderás a hacerlo por ti mismo, y no querrás volver a lo de antes.

Bueno, como carta floja en la forma, del fondo no cambiaría nada en este momento.

En los PD meto los el descargo de responsabilidad.

Lo que te quiero decir es que aguantando se vive peor.

Es como los pedos, mejor fuera que dentro, pero lo mismo en el ascensor con el jefe… pues como que esperas.

Y que no tienes que llegar a cinturón negro en gestión emocional para sentirte mucho mejor.

También que, a poquitos, con cabeza y gónadas, se acometen estos desafíos.

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Un abrazo,

Manu.

 

PD 1: ¿Abrir el grifo sin experiencia?

Bueno, depende de lo que guardes, ¿vale?

De ser gordo… o pillas experiencia, o mejor en compañía.

PD 2: Ojo-cuidao con regodearse en el pasao.

De eso también hay que salir.

Que te dará algún rédito, pero o te retraumatiza o te estanca.

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Manu Galán

Coach, facilitador y formador en desarrollo personal. Servicios para particulares y empresas.

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